CRÓNICA | CP Villarrobledo 1-1 CD Toledo

Tras un gran partido en el que el Toledo fue superior, solo pudo sumar un punto que sabe bien por materializarse en el tiempo añadido. Sumar en casi la última jugada del partido siempre deja un regusto inevitablemente dulce, aunque la victoria se antojaba vital para seguir escalando posiciones, el CD Toledo solo pudo cosechar un punto en el Barranco del Lobo.

El Toledo no salió enchufado, pero poco a poco se fue entonando y llegaron las ocasiones. Chupi tuvo la primera tras rematar al lateral de la red una falta botada por Piochi. Cumplida la media hora de juego, Unax entró en el área, se plantó totalmente solo ante Leo Mendes, y cuando iba a engatillar fue derribado por el último zaguero del Villarrobledo. Ni el árbitro, ni el línea vieron nada punible para sorpresa (cada vez menos) de toda la parroquia verdiblanca. Una jornada más y un penalti más, al limbo.

En la jugada posterior, fue el propio Unax quien se encargó de poner en apuros a Mendes tras sentar a tres rivales antes de intentar batir por bajo al de Guinea-Bisáu. El Toledo acabó la primera parte en campo rival, pero sin encontrar el merecido premio del gol.

Tras la reanudación, el partido se enfrió y llegaron los cambios. Rodri y Martín, que debutaba en partido oficial con el Toledo, sustituyeron a Chupi y Arturo, para dar aire fresco al centro del campo. A falta de quince minutos para el final, Piochi estrelló un balón en el larguero, evitando un gol que ya cantaban los más de cien aficionados verdiblancos que poblaron ayer las gradas del Virgen de la Caridad.

Apenas cinco minutos más tarde, en el 80, un error en defensa lo aprovechó Leomar para poner un balón con muchísimo veneno dentro del área, y Luna lo introdujo en su propia portería en su intento de despejar. La reacción fue inmediata, a pesar de los múltiples intentos del rival por perder tiempo con numerosas interrupciones. Gavilán pudo hacer el empate, pero su remate salió lamiendo la madera.

En esas apareció Abraham, en la penúltima del partido, para meter un auténtico caramelo a un Manu Gavilán, que esta vez no perdonó. Puso pasión, orgullo y coraje para cabecear el balón al fondo de las mallas y rescatar un punto in extremis.

El botín pudo ser aún mayor. El equipo dispuso de una falta al borde del área que no pudo materializar Angelito. Ahora toca ponerse el mono de trabajo para hacer bueno el punto y regresar a la senda de la victoria. El domingo, cita fundamental en casa para cerrar la primera vuelta ante el Villarrubia.